Para se ter uma
ideia deste acontecimento, verdadeiramente histórico. tão pouco ou tão mal divulgado – para que ficasse reduzido
a um aperto de mão e a um encontro com Raul Castro, magnanimamente concedidos por
Barack Obama*... – deixa-se outra informação, retirada de Resumen
Latinoamericano, na língua e forma como a ela se acedeu (em 4 “posts”):
- CON UNA GRAN VICTORIA LATINOAMERICANO CULMINARON LAS CUMBRES DE PANAMÁ:
Nuestro
editorial: En Panamá el Imperialismo sufrió una descomunal paliza
(por
Carlos Aznárez)
TODA
LA INFORMACION SOBRE EL CIERRE DE LA CUMBRE DE LOS AMÉRICAS Y DE LOS PUEBLOS
(Resumen Latinoamericano)
12
de abril 2015
Para Míster
Obama la Cumbre panameña se transformó en un abismo. O en otras palabras: el
tiro le salió por la culatra. Dentro de su estilo prepotente habitual el
Imperio supuso que amenazando a Venezuela, el resto de los países se sometería
a su mandato y como estuvo ocurriendo durante décadas (cuando se imponía la
doctrina del “patio trasero”) aceptarían sin chistar la reconvención de
Washington. Ocurrió todo lo contrario y si faltaba poner la guinda en la torta,
Panamá fue el escenario que dejó las cosas bien en claro.
Latinoamérica y
el Caribe sermonearon otra vez al Tío Sam, lo pusieron en evidencia como no
ocurría desde el 2005 en Mar del Plata, cuando esse Comandante Eterno de los
condenados de la tierra, le gritó a Bush en pleno rostro, que al ALCA se lo
meta donde le quepa.
Sin embargo,
esta victoria de los pueblos en la Cumbre panameña adquiere incluso mayor
importancia, ya que se produce precisamente en un momento de peligrosa ofensiva
estadounidense sobre el continente. Al mismo tiempo que la IV Flota navega en
nuestros ríos, las bases militares pululan por donde se mire, y los planes de
injerencia abundan en nuestros países con forma de buitres, escuchas
telefónicas, espionaje de alto nivel, y maniobras militares encubiertas. A
pesar de ello, o mejor dicho, en función de enfrentar estas acechanzas, algunos
gobiernos y pueblos concurrieron a Panamá con discursos y acciones de una
dignidad apabullante.
La presencia de Raúl Castro con sus 56 años de Revolución
Socialista en la mochila, sentándose nuevamente a una mesa de la que Cuba se
retirara hace 35 años, y mostrando que el tiempo no pasa para quienes mantienen
en alto los principios, se convirtió en el momento de mayor contenido
antiimperialista.
Un Raúl (y un
Fidel allá en la Isla) enfrentando muy diplomáticamente a un Obama
empequeñecido. Desde la otra punta de la mesa, tuvo que escuchar en cuerpo
presente (aún no se había fugado) que el bloqueo criminal por él impulsado,
sigue causando dolor y muerte al pueblo cubano, que ya es hora de que se
levante sin condiciones y que además devuelvan, los piratas de la barra y las
estrellas, ese territorio usurpado llamado Guantánamo. Pero sobre todo, el
presidente cubano reiteró (en el discurso más aplaudido de la Cumbre) su
defensa irrestricta de la agredida Venezuela, arrojando por la borda esas
falaces dudas de que en base a la doctrina yanqui del “garrote y la
zanahoria”, creada indudablemente para dividir a los pueblos, Cuba iba a dar
un paso al costado en su rebeldía. No conocen quienes así piensan, lo que
siempre ha significado para el gobierno y el pueblo cubano la solidaridad
internacionalista y militante.
En este mismo
terreno reconfortó a propios y extraños volver a comprobar el nivel de
concientización política y humana que mostraron los componentes de la
delegación cubana asumiendo como propia la representación de todos los que no
tuvieron posibilidades de participar en la Cumbre. Diciendo con voz clara y
precisa que con los mercenarios y cómplices del terrorismo anti-cubano no se
podía ni se debía dialogar.
Hacía décadas
que Cuba no actuaba en estos tinglados montados con felonia por la OEA y
gratificó comprobar que los jóvenes cubanos tienen la Revolución a flor de
labio y no se dejan amedrentar por triquiñuelas burocráticas. Detrás de ellos,
unidos como en una piña, los integrantes de la delegación venezolana también
pusieron a parir a los que pretendían hacer una Cumbre cariñosa con la derecha
regional.
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* - a
comunicação social “ao serviço” fez como Obama, que abandonou a sala, para não ouvir mais; mas, como a Obama,“alguém lhe contará”, como disse Cristina Kirchner que
presidia (ler a seguir) SEGUE
3 comentários:
Li,fico a aguardar os seguintes!
Mais um serviço público, mesmo para um pequeno público...
A Revolucao Cubana ê um exemplo para todos os revolucionârios do mundo.E hâ-de vencer!
Bjo
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